A medida que nos acercamos al final del Mes de la Historia Negra, es crucial reconocer a los pioneros que han tenido un impacto significativo en la industria del deporte. Entre ellos se encuentra el nuestro, Brandon Chandler, un agente de Dulcedo Sports que ha roto barreras y allanado el camino para la representación de los negros en este campo, lo sepa o no.

A continuación, las reflexiones de Brandon sobre la raza, la igualdad y la confianza en las propias capacidades...

A medida que febrero de 2023 llega a su fin, este ha sido probablemente mi Mes de la Historia Negra más satisfactorio de reflexión, pero también me recuerda que hace unos años dejé de reconocerlo como un mes para celebrar la Historia Negra (tengo 30 años de contenido acumulado), sino un mes para centrarme en la construcción de futuros y legados negros.

Creo que en el último año me he enamorado de verdad de mi carrera y de lo que me da la oportunidad de hacer: contar historias. Así que permítanme que empiece por la mía.

Desde que tengo uso de razón, he querido ser agente deportivo y formar parte del sector en Canadá. Y no recuerdo que mi raza desempeñara un papel en esa ambición. Para ser honesto, no es hasta que empiezas a encontrar un poco de éxito o a ser reconocido que la palabra 'Negro' se inserta ahí. Y creo que es entonces cuando empieza a significar algo.

Hoy tengo el privilegio de encontrarme en una posición en la que puedo representar a atletas, tanto negros como blancos y de otras etnias, en Canadá y Estados Unidos, lo que admito que conlleva mi propio conjunto de inseguridades preconcebidas: ¿pensará una familia tradicionalmente blanca que soy capaz o que estoy lo bastante cualificada para representar a su joven y prodigioso atleta? ¿Se percibirán mis tácticas de negociación como agresivas y prepotentes, en lugar de asertivas y estratégicas? Tuve que reprogramar mi percepción de ser negro en esta industria y darme cuenta de la oportunidad de aportar valor a mis relaciones y al panorama deportivo en general a través de mi negritud y diversidad.

Tanto si se trata de escuchar a un atleta decir que se sintió aliviado al conectar conmigo porque me parezco a él y, por tanto, puedo representarle mejor en el mundo, como de ser capaz de comunicar los matices de la raza y su relación con la identidad canadiense y estadounidense a atletas y clientes blancos, empecé a ver el valor intrínseco de mi negritud, en lugar de creer en la narrativa de que el color de mi piel era un devaluado. Acepté ser "el único negro de la sala".

No hay nada malo en ser la única persona negra (o de cualquier minoría visible) en la sala, pero es tu trabajo asegurarte de que no sólo estás en la sala, sino que tienes un sitio en la mesa. No hay nada malo en sentarse a la mesa cuando te lo has ganado, pero es tu responsabilidad garantizar que la puerta de la sala permanece abierta para los demás. No estaría de más guardar un asiento a tu lado... ¡paga el favor!